Historias de pacientes

Cuando Bill G. quería volver a hacer ejercicio pero se sentía aletargado, buscó respuestas en Overlook Medical Center.

Una prueba avanzada de imágenes cardíacas no invasivas reveló un bloqueo del 90 % en la arteria descendente anterior izquierda de Bill. Él y su cardiólogo decidieron aliviar el bloqueo mediante una angioplastia electiva con un stent. Menos de dos semanas después del procedimiento, Bill “se sintió muy bien” y ahora está comprometido a cuidar mejor su salud.

La historia de Sara

Sara, madre trabajadora con dos hijas, una de las cuales tuvo problemas de salud desde una edad temprana, siempre prioriza a sus hijos y a su marido, Raúl. Desafortunadamente, eso significó que dejó de lado sus propios problemas de salud, que incluían dificultad para respirar, mareos, palpitaciones y, a veces, dolores de pecho debilitantes. Pero cuando su hermano menor recibió un inesperado diagnóstico de una afección cardíaca potencialmente mortal, llamada “miocardiopatía hipertrófica” (MCH), supo que ella también la tenía. Cinco años después, su MCH está bajo control y está ayudando a otros a darse cuenta de que pueden tener esa afección y aun así llevar una vida normal. 

A principios de 2021, Priscilla L. tenía la vista completamente fija en competir en el salto de altura en los Juegos Olímpicos de Tokio. Pero se contagió de COVID-19. Si bien sus síntomas desaparecieron en poco más de una semana, la enfermedad le dejó un dolor de pecho intermitente. Necesitaba un experto en deportistas y corazón que le hiciera saber si era seguro competir. Recurrió al renombrado cardiólogo deportivo, el Dr. Matthew Martinez. Descubre cómo la ayudó a volver a competir. 

A los 36 años, Gina W. tuvo una serie confusa de síntomas incómodos. Un especialista tras otro la trataron por problemas como asma y neumonía. Sus síntomas empeoraron hasta que la enviaron al Departamento de Emergencias de Chilton Medical Center.

Una vez allí, a las pocas horas le diagnosticaron insuficiencia cardíaca congestiva. Bajo la atención experta de los médicos de Chilton Medical Center, Gina ha recibido tratamientos que han mejorado de manera significativa su calidad de vida mientras espera un trasplante de corazón.

Debido a la insuficiencia cardíaca congestiva, Walter N. recibió un TAVR (reemplazo de válvula aórtica transcatéter), un procedimiento mínimamente invasivo diseñado para pacientes con estenosis aórtica grave que no son candidatos para una cirugía de reparación de válvula convencional.

“Nunca pensé en ir a ningún otro lugar para recibir tratamiento”, explicó Walter. “Todo el personal del Morristown Medical Center fue amable y todos estaban muy bien informados. Me sentí cómodo y seguro tan pronto como me llevaron allí”.

Hoy, a los 97 años, Walter continúa activo en la vida de sus nietos, asistiendo a sus partidos de béisbol y conciertos de música.

Bill es un semijubilado activo que disfruta de las caminatas y el kayak, pero treinta años de fumar finalmente le pasaron factura cuando experimentó un tipo peligroso de ataque cardíaco, conocido infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST. Los paramédicos lo llevaron rápidamente a Newton Medical Center, donde recibió un medicamento anticoagulante llamado tPA para abrir sus arterias bloqueadas. Luego, lo trasladaron al Morristown Medical Center para hacerle un procedimiento intervencionista que corrigió aún más su flujo sanguíneo. Poco después, estaba de vuelta en el kayak y finalmente se despidió de los cigarrillos.

Los profesionales de la salud en Newton Medical Center sabían que el tiempo era esencial cuando encontraron a Jay Z. colapsado en el estacionamiento del hospital con síntomas de un paro cardíaco. Una vez adentro, el personal del Departamento de Emergencias lo estabilizó rápidamente, pero un bloqueo en su arteria limitaba el flujo sanguíneo al cerebro. Trasladaron a Jay al Morristown Medical Center, donde expertos cardiovasculares realizaron un cateterismo cardíaco para despejar la obstrucción. El equipo también utilizó protocolos de hipotermia terapéutica, que redujeron al mínimo el riesgo de daño cerebral permanente de Jay y le devolvieron a su familia el marido y el padre que conocen y aman.

Como entrenadora personal, Charlene pensó que entendía bastante bien el cuerpo humano, pero cuando sus propios intentos de aliviar el dolor fallaron, buscó ayuda profesional. Finalmente, le reemplazaron ambas caderas en un intervalo de ocho meses en el Morristown Medical Center. Hoy, está completamente libre de dolor y continúa inspirando a sus clientes con su notable recuperación.

Mickey S. se ha pasado la vida compitiendo a un alto nivel, por lo que cuando su rodilla artrítica comenzó a fallar, se negó a dejar de correr, a pesar del dolor. A medida que las carreras se volvían cada vez más difíciles, recurrió a los cirujanos ortopédicos de Atlantic Health System, quienes planearon un procedimiento de reemplazo total de articulaciones que le dio la mejor oportunidad de continuar con su pasión.

Mickey dice de su médico: “Sabía que correría, en contra de su consejo, y me dio una rodilla que funcionaría para eso”.

No hay mayor decepción para los deportistas como Adrianne que cuando una lesión los deja en el banco. Recurrió a los expertos de Atlantic Sports Health, quienes no solo diagnosticaron y trataron su fractura de cadera, sino que también comprendieron su impacto físico y psicológico. Trabajaron con Adrianne para desarrollar un régimen de rehabilitación física que abordara todos sus objetivos de acondicionamiento físico y, en tres meses, estuvo de regreso en el gimnasio preparándose para una maratón.

Barry R. pensó que sabía todo sobre los efectos debilitantes de los accidentes cerebrovasculares por sus antecedentes familiares, pero cuando sufrió uno propio a los 61 años, descubrió cuánto habían avanzado los tratamientos. Gracias a la tecnología de telemedicina para accidentes cerebrovasculares y un equipo médico listo para su llegada al Overlook Medical Center, Barry recibió el medicamento anticoagulante tPA en tan solo 14 minutos, un récord para el hospital en ese momento y muy dentro del estándar nacional de 45 minutos.

Aunque es poco común que una mujer de 31 años sufra un accidente cerebrovascular, los médicos de Hackettstown Medical Center sospecharon rápidamente que ese era el caso de Lindsey S. Cuando una tomografía computada y una angiografía revelaron un desgarro en la arteria carótida, la trasladaron en un helicóptero sanitario al Stroke Center del Overlook Medical Center, donde los neurocirujanos realizaron un procedimiento complejo que ofrecía las mejores probabilidades de supervivencia. La cirugía fue un éxito y Lindsey pronto empezó a retomar una vida normal con su esposo y sus dos hijos.

Con una carrera jurídica de alto nivel, pasatiempos como esquí acuático y paddle surf, y una familia igual de activa en casa, a Mark B. le resultó difícil imaginar desacelerar su ritmo de vida. Esto empezó a cambiar cuando comenzó a experimentar convulsiones y otras dificultades. Cuando le diagnosticaron un tumor cerebral, específicamente un meningioma del lóbulo frontal, Mark se puso en contacto con los expertos del Gerald J. Glasser Brain Tumor Center. Su cirujano extirpó con éxito el tumor, lo que incluyó extirpar partes del tumor de alrededor de los nervios ópticos y olfativos de Mark.

Robyn había estado tratando su epilepsia con medicamentos desde hacía varios años, pero después de que una convulsión hiciera que chocara su vehículo contra un poste de teléfono, donde ella y su hijo resultaron heridos, estaba lista para considerar un tratamiento quirúrgico. Los especialistas del centro de epilepsia de Nivel 4 del Overlook Medical Center aislaron la región del cerebro de Robyn que estaba causando sus síntomas y realizaron una cirugía por epilepsia para corregirla. Desde entonces, ha rejuvenecido su vida con avances tanto en su carrera como en sus actividades musicales.

La historia de Sara

Sara, madre trabajadora con dos hijas, una de las cuales tuvo problemas de salud desde una edad temprana, siempre prioriza a sus hijos y a su marido, Raúl. Desafortunadamente, eso significó que dejó de lado sus propios problemas de salud, que incluían dificultad para respirar, mareos, palpitaciones y, a veces, dolores de pecho debilitantes. Pero cuando su hermano menor recibió un inesperado diagnóstico de una afección cardíaca potencialmente mortal, llamada “miocardiopatía hipertrófica” (MCH), supo que ella también la tenía. Cinco años después, su MCH está bajo control y está ayudando a otros a darse cuenta de que pueden tener esa afección y aun así llevar una vida normal. 

Para Isabel C., de 33 años, la familia lo es todo. Cuando se enteró de que tenía un tumor cerebral poco después de dar a luz, su primera preocupación fue por sus dos hijos pequeños. Para tener la máxima probabilidad de superar su tumor, Isabel le confió a su cirujano del Glasser Brain Tumor Center la extirpación de la mayor cantidad de tumor posible. Hacerlo requirió un abordaje quirúrgico especializado y extremadamente preciso.

El embarazo de Laura transcurría sin problemas hasta la semana 30, cuando rompió fuente. Fue directamente al Overlook Medical Center, donde tres semanas después dio a luz a gemelos prematuros.

“Definitivamente le recomendaría el Overlook Medical Center a cualquiera de mis amigas que estén esperando un bebé”, dice Laura. “Estoy segura de que estarían realmente felices con la atención que recibieron”.

La mayoría de las parejas no esperan intercambiar votos en un hospital, pero eso es exactamente lo que sucedió cuando Marie empezó con el trabajo de parto pocos días antes de su boda con Michael. No querían que el certificado de nacimiento dijera que el padre era el “prometido”, por lo que Michael y Marie le pidieron al capellán del Morristown Medical Center que los casara. Treinta segundos después de que el esposo besara a la novia, los médicos realizaron una cesárea y recibieron a un bebé sano. Fue el mejor regalo de bodas que los padres recién casados podían pedir.

Jill D., de 55 años, de Hewitt, Nueva Jersey, sufría de dolor de espalda desde hacía años. Después de dos años de tratar su espondilolistesis con medicamentos, el dolor que le bajaba por la espalda y las piernas se volvió insoportable. Afortunadamente, su hermana le recomendó una consulta con Scott A. Meyer, MD, quien le explicó que Jill sería una excelente candidata para el estudio clínico TOPS.

Jill, la primera paciente de Nueva Jersey en participar en el estudio, ya no siente dolor. “Gracias al Dr. Meyer, me siento una persona completamente nueva”.

El bombero Daryl R. está acostumbrado a poner a los demás en primer lugar, a menudo arriesgando su propio bienestar. Sin embargo, cuando su diabetes fuera de control le provocó una herida grave en el pie, supo que ya no podía negar que había un problema. Siguiendo el consejo de un compañero bombero, fue a Overlook Wound Healing - Union Campus para recibir atención experta y terapia de oxígeno hiperbárico. Los médicos le salvaron el pie y lo ayudaron a controlar mejor su diabetes.

Cuando Nancy M. se cayó por un tramo de escaleras y se rompió la pierna en 30 lugares, no estaba segura de cuánta movilidad volvería a tener. Llegó a fisioterapia en Hackettstown Medical Center en silla de ruedas y después de 27 sesiones de ejercicios de fuerza y agilidad, pudo volver a caminar. Desde entonces, Nancy ha seguido evolucionando e incluso ha podido empezar a hacer jardinería.