Como esposa, madre y residente de medicina familiar de tercer año en el Overlook Medical Center, Natalie R. solía anteponer las necesidades de todos los demás a las suyas… hasta que un diagnóstico de cáncer de mama convirtió a la joven médica en una paciente.
Los días de Natalie eran un delicado acto de equilibrio. Trabajar muchas horas como residente médica mientras cuidaba de una casa, una hija pequeña y un esposo con problemas de salud le dejaba poco tiempo para ella.
En el fondo de su mente, sabía que los antecedentes familiares de cáncer de mama podrían afectarla. A los 18 años, Natalie y su hermana dieron positivo en la prueba de detección del gen BRCA1, una mutación genética que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama y de ovario.
“Fue mucho que procesar en ese momento”, dice Natalie, quien vio a su madre luchar con éxito contra el cáncer de mama a los 40 años, “pero la información me impulsó a comenzar a hacerme evaluaciones de mamografía y resonancia magnética en los veintipocos”.
No hay suficientes horas en el día
Natalie se mantuvo al día con las evaluaciones durante la facultad de medicina y el nacimiento de su hija, Penelope. Durante su programa de residencia en Overlook, la vida de Natalie se volvió más agitada, con poco tiempo para dormir y mucho menos para las evaluaciones. Su última mamografía sin hallazgos fue en 2017.
Cuando Natalie sintió un bulto en su mama izquierda en marzo de 2019, lo postergó, pensando que probablemente fuera como el quiste benigno que había descubierto con anterioridad en su mama derecha. Sin embargo, a medida que la masa crecía y ella comenzaba a perder peso y a tener sudores nocturnos, visitó el Breast Center de Overlook para hacerse una mamografía y una ecografía.
“Estaba concentrada en volver al trabajo esa tarde”, recuerda Natalie. “Pero cuando el radiólogo quiso hablar conmigo, supe que no era bueno”.
El diagnóstico y el plan de tratamiento
Una biopsia posterior condujo al diagnóstico: cáncer de mama intraductal invasivo en estadio 2 que se había diseminado a los ganglios linfáticos. Natalie recuerda sentirse devastada y enojada. “Era mi último año de residencia y había trabajado muy duro. ¡Solo tenía 29 años! Me preguntaba: ‘¿Cómo voy a equilibrar esto con todas mis otras responsabilidades? No tengo tiempo para enfermarme’”.
La Dra. Bonni Guerin, oncóloga médica, que está a cargo del tratamiento y la prevención del cáncer de mama en el Carol G. Simon Cancer Center de Overlook, ayudó a Natalie a prepararse física y mentalmente para el viaje que tenía por delante. El viaje implicaría 16 ciclos de quimioterapia para ayudar a reducir el tumor en su mama y limpiar los ganglios linfáticos malignos de la enfermedad; una mastectomía doble y extirpación de 18 ganglios linfáticos con la Dra. Margaret Sacco, cirujana de mamas; una cirugía de reconstrucción con el Dr. Eric Chang; y 25 ciclos de radiación bajo la dirección de la Dra. Joana Emmolo.
“La Dra. Guerin se identificó conmigo como médica, esposa y madre”, comenta Natalie. “Entendió por completo mi nivel de estrés y me ayudó a reevaluar mis prioridades. Me hizo darme cuenta de que si me cuidaba, estaría mejor equipada para darles a los demás la mejor versión de mí”.
El lado positivo
Tomando en serio el consejo de la Dra. Guerin, Natalie y su familia se mudaron a la casa de su madre en el centro de New Jersey, donde recibió el apoyo materno que tanto necesitaba durante sus meses de tratamiento. El director de su programa de residencia le permitió modificar su horario de trabajo durante la quimioterapia y tomar una licencia temporal después de la cirugía.
“Pasé de ayudar a todos los demás a ser completamente dependiente de otros durante mi recuperación de la cirugía”, comenta Natalie. Pero la inversión de papeles tuvo un lado positivo.
“Irónicamente, fue necesario un diagnóstico de cáncer para desacelerarme, comer tres comidas al día, dormir más y lograr un mayor equilibrio en mi vida”, reflexiona.
A los 30 años, Natalie también desarrolló una pasión por la comunidad del cáncer de mama y se ha convertido en una defensora abierta de pacientes jóvenes como ella. Comenzó un blog y ha disfrutado de compartir su experiencia con otras pacientes jóvenes con cáncer de mama a través de charlas en la comunidad. También ha dado charlas inspiradoras a mujeres de la escuela secundaria sobre la importancia de la prevención del cáncer de mama a través de las evaluaciones.
Aunque la batalla de Natalie contra el cáncer de mama continúa con las etapas finales del tratamiento con radiación, reconoce que la investigación es lo que le da confianza en su cura y en el futuro de su hija. Por eso, está particularmente orgullosa de haber sido elegida como embajadora de la Breast Cancer Research Foundation (BCRF): un papel que la ha puesto directamente a la vanguardia de una campaña nacional, incluido un anuncio de media página en la edición del domingo del New York Times, videos informativos y eventos para recaudar fondos.
“Estos son mis momentos que no cambiaría por nada”, dice Natalie. “Tengo una nueva perspectiva sobre cómo cuidarme y ser una buena médica”.
Las doctoras Chang, Emmolo, Guerin y Sacco forman parte de Atlantic Medical Group, una red multiespecialidad de proveedores de atención médica. Más información >
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