Cuando era niña, Kathleen M.J. era delgada. Pero, una vez que comenzó a tener hijos, las cosas cambiaron. Empezó a subir de peso y no podía bajarlo. Sus hijos estaban tristes porque andar en bicicleta era imposible para su mamá, así como muchas otras actividades de las que disfrutaban. Se cansaba rápidamente y pronto se quedaba sin aliento. Desarrolló apnea del sueño y estaba en el límite de desarrollar diabetes. Su peso subió a 250 libras.
Su peso también afectó su situación laboral. Trabajar con niños pequeños en una escuela de jardín de infantes significaba agacharse, inclinarse y pasar mucho tiempo en el suelo con los más pequeños. Había momentos en los que levantarse del suelo era difícil.
Algo tenía que cambiar, pero Kathleen al principio tenía miedo de someterse a la cirugía. A medida que observaba a otros que conocía, incluido su esposo, que se sometió a una cirugía de pérdida de peso, empezó a ver por sí misma los cambios positivos que produjo en sus vidas. Entonces, supo que ella también podía hacerlo.
En diciembre de 2015, Kathleen asistió a un seminario de pérdida de peso, donde se reunió con el cirujano bariátrico, el Dr. Joao Lopes, y quedó muy impresionada.
Kathleen dijo: “El seminario preoperatorio fue muy interesante. Me reuní con un nutricionista y con un psicólogo. Todos hicieron hincapié en que este era un paso importante y que necesitaba estar segura de que quería la cirugía”. Consideró que todo el equipo la apoyó mucho.
Mientras planeaba la cirugía en el Overlook Medical Center, supo que quería hacer esto por ella misma y por sus hijos.
En función del consejo del Dr. Lopes, Kathleen eligió la cirugía de manga gástrica, que es una operación restrictiva en la que el cirujano extrae una gran parte del estómago, creando una bolsa estomacal delgada vertical en forma de manga que es aproximadamente del tamaño de una banana. Con un estómago más pequeño, los pacientes se sentirán llenos mucho más rápido. Esto significa que los pacientes bariátricos deben comprometerse de por vida a cambiar cómo y qué comen para perder peso.
“El programa de cirugía bariátrica y del hospital fue excelente”, dice Kathleen. “Me dieron todo el apoyo y la orientación que necesitaba”.
Ahora, la vida de Kathleen ha vuelto a la normalidad y, después de perder 120 libras, su apnea del sueño ha desaparecido y su nivel de azúcar en sangre está dentro de los límites normales. Además, andar en bicicleta en familia se ha convertido en un pasatiempo favorito para ella y sus hijos, quienes dicen que es como una “nueva mamá”.
El único arrepentimiento de Kathleen es que no se sometió a una cirugía bariátrica antes, ya que cambió su vida de muchas maneras.
“Perdí el peso… y gané todo”, dice.
La cirugía bariátrica está disponible en todos los hospitales de Atlantic Health System: el Chilton Medical Center, el Hackettstown Medical Center, el Morristown Medical Center, el Newton Medical Center y el Overlook Medical Center.
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Solo para residentes de América del Norte.
