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Los pacientes conocen su propio cuerpo mejor que nadie y, a veces, la diferencia entre las complicaciones y una recuperación exitosa es actuar cuando algo simplemente no se siente bien. Eileen L. entiende esto muy bien y está eternamente agradecida por haber escuchado lo que su cuerpo le decía.

A los 49 años, Eileen se preocupó cuando notó que estaba aumentando de peso y parecía hinchada en su zona media. Pensó que podría ser el comienzo temprano de la menopausia, pero algo en el fondo de su mente la instó a hacerse un control.

Su médico de atención primaria escuchó sus síntomas y le realizó un examen físico, pero consideró que era necesario realizar más pruebas. Cuando una ecografía y una tomografía computada arrojaron resultados anormales, le aconsejó a Eileen que consultara a un ginecólogo.

Las recomendaciones profesionales la llevaron a Eric Liberman, DO, ginecólogo especializado en cirugía ginecológica mínimamente invasiva en el Morristown Medical Center. Se reunió con Eileen y le recomendó realizar pruebas adicionales, que revelaron un quiste adherido a uno de sus ovarios. Con un tamaño un poco más grande que el diámetro de una pelota de baloncesto, era una de las masas quísticas más grandes que el Dr. Liberman había visto y requirió extirpación quirúrgica. Existía un riesgo muy bajo de cáncer de acuerdo con su apariencia simple, pero naturalmente Eileen estaba preocupada.

“Estaba asustada, pero el Dr. Liberman fue muy cariñoso y paciente con mi esposo y conmigo y respondió a todas nuestras preguntas en numerosas ocasiones”, dice Eileen.

El Dr. Liberman le presentó dos opciones a Eileen: extirpar el quiste mediante cirugía abierta tradicional, que implicaría un gran corte en el abdomen y hospitalización, u optar por un abordaje mínimamente invasivo mediante laparoscopía. Esta última opción desinflaría y extirparía la masa mediante una pequeña incisión, lo que produciría menos cicatrices y una recuperación más rápida.

Eileen decidió ir con la cirugía ginecológica mínimamente invasiva y fue un éxito rotundo. Al final resultó que ella no estaba en la menopausia y el Dr. Liberman pudo preservar su ovario restante.

“Le recomendé dejar el segundo ovario porque ella no estaba en la menopausia y las hormonas que secreta promoverían su salud ósea y cardiovascular, y tenía una apariencia completamente normal”, explica Liberman.

Eileen incluso pudo irse a casa el mismo día del procedimiento y comenzar su recuperación, siguiendo cuidadosamente las instrucciones de cuidado y la dosificación de los medicamentos simplificada por el equipo del Dr. Liberman.

“Tenía todo escrito, para poder consultar las instrucciones en los días siguientes. Mis citas de seguimiento fueron excelentes y en seguida estuve en camino hacia una recuperación completa. No alcanzan las palabras para la excelente atención que recibí en el Morristown Medical Center y del Dr. Liberman”, dice Eileen.

Eileen horneando en su cocina

Al poco tiempo, estaba de vuelta haciendo lo que más le gusta: hornear y cocinar para su esposo y sus dos hijas. Aún más reconfortante fue saber que el quiste extirpado quirúrgicamente no era canceroso. Mirando hacia atrás ahora, Eileen cree que es posible que haya tenido la masa durante bastante tiempo, pero no supo que algo andaba mal hasta que escuchó las señales de su cuerpo.

“Mi consejo para cualquier mujer es que consulte a su médico con regularidad y hable con él o ella sobre cualquier cambio, incluso los pequeños que haya notado”, dice Eileen. “Podría haber un problema mayor que aún no haya salido a la luz. Nos merecemos la mejor vida que podamos tener y hay excelentes médicos asociados con Atlantic Health System que pueden ayudar”.

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