A menudo, la insuficiencia cardíaca comienza con un susurro. Al menos así fue como comenzó para Karin C., que trabaja como representante de la unidad en el departamento de Emergencias del Newton Medical Center desde hace más de nueve años. Gestiona cientos de ingresos y traslados de pacientes con emergencias cardíacas hacia el hospital de Atlantic Health System en Newton y desde allí. Sin embargo, ni siquiera su trabajo podría haberla preparado para lo que le pasó a su corazón el 27 de enero de 2023.
Un autodiagnóstico y un diagnóstico clínico
Durante la temporada festiva de 2022, Karin, de 55 años de edad, se dio cuenta de que tenía dificultades para respirar. Pero restó importancia a su dificultad para respirar, ya que creía que era un problema bronquial que se estaba gestando debido al clima frío y la típica agenda agitada de la temporada festiva.
Cuando finalmente visitó el centro de atención urgente local en Sparta, el equipo médico la trasladó al centro AdvancED Urgent Care de Atlantic Health System en Mountain Lakes. De inmediato, los médicos notaron que Karin estaba atravesando una emergencia cardíaca. Le proporcionaron un goteo intravenoso con heparina (medicamento anticoagulante) y organizaron un traslado inmediato al Gagnon Cardiovascular Institute de Morristown Medical Center para que recibiera atención cardíaca de emergencia.
“Estar del otro lado de la atención al paciente fue aterrador”, dice Karin. “La AFib (fibrilación auricular) hacía que mi corazón se acelerara a 160 latidos por minuto y que subiera mi presión arterial al techo. No tenía fiebre, ni dolor en el pecho, solo un corazón que no funcionaba”.
Comenzar a recibir cuidados intensivos
En Morristown Medical Center, el ecocardiograma de Karin mostró que su corazón funcionaba a menos del 10 %. Estaba sufriendo un choque cardiogénico, en el que el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades de oxígeno de un paciente. Después de colocarle a Karin una bomba cardíaca Impella® para soporte circulatorio mecánico, el Dr. Amirali Masoumi, director del Cardiogenic Shock Program de Atlantic Health System, y su equipo estabilizaron el corazón de Karin con un procedimiento de cardioversión, pero solo temporalmente. Cuando se despertó de la sedación, sus latidos cardíacos continuaron fluctuando y funcionando a menos del 10 %.
“El Dr. Masoumi explicó exactamente lo que estaba sucediendo y me garantizó que estaba comprometido con mi bienestar”, dice Karin. “Tuve una efusión de apoyo de mi familia de Atlantic Health y de mis amigos y familiares. Sentía que todos los integrantes del equipo de atención estaban completamente abocados a mí; y me mantenían esperanzada cuando estaba mal”.
El Dr. Masoumi agregó: “Lo que hicimos en esos momentos críticos iba a ayudar a salvar la vida y el corazón de Karin. Tuvimos que asistir la función cardíaca mientras tratábamos otros problemas, y debíamos asegurarnos de que Karin tuviera un flujo sanguíneo adecuado a sus órganos vitales”.
Si algo no cambiaba en el corto plazo, Karin iba a necesitar un trasplante de corazón. El equipo del Dr. Masoumi organizó su traslado al Langone Transplant Institute de la New York University. Pero, primero, el Dr. Masoumi quería probar con una segunda cardioversión; y esta vez funcionó. El objetivo ahora era evaluar a Karin para un trasplante de corazón para que estuviera lista si su corazón se deterioraba aún más.
El traslado a NYU Langone
Karin llegó a la Unidad de Cuidados Cardíacos de NYU Langone para reunirse con el equipo de trasplante el 13 de febrero y, poco después, recibió buenas noticias.
“Se produjo una disminución en la complejidad de la afección”, dice Karin. “Mi corazón mantenía un latido fuerte, y no había necesidad de un trasplante de corazón; tal vez todo lo que iba a necesitar era un marcapasos”. Luego, llegaron más buenas noticias. Todo lo que Karin necesitaba era medicación para regular los latidos cardíacos; y recibió el alta de NYU Langone el 21 de febrero.
“Era la noticia más increíble que podía recibir”, dice Karin. “Los médicos de NYU Langone dijeron que lo que hizo el Dr. Masoumi en Morristown fue la razón por la que mi corazón se fortaleció y dejé NYU Langone sin un trasplante de corazón. El Dr. Masoumi y su equipo me salvaron la vida”.
De vuelta a la vida
El corazón de Karin late de forma constante como de costumbre, y sus ecocardiogramas revelan que sigue mejorando.
“Es difícil poner en palabras cuánto significa para mí el personal de atención cardíaca de Morristown Medical Center”, dice. “Me han dado el preciado regalo de la vida. Pusieron sus propios corazones para salvar el mío”.
Karin se siente mejor hoy que antes del episodio y es más consciente de su bienestar. Camina vigorosamente con amigos, va al gimnasio, pasa tiempo con su hijo y participa en The 5K Celebration of Life de NJ Sharing Network en New Providence.
Afirma lo siguiente: “Ahora, cuando un paciente acude al servicio de urgencias de Newton Medical Center con una afección cardíaca y necesita traslado en helicóptero a Morristown Medical Center, le digo que no se preocupe. Irás al mejor lugar posible. Y es la verdad”.
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