La historia de Sal B.

El dolor crónico y la rigidez en la cadera pueden ser debilitantes y pueden limitar las actividades cotidianas, lo que eventualmente conduce a problemas graves de movilidad. Después de sufrir de dolor de cadera, eso es algo que Sal B. de Parsippany entendió por completo. Sal se sometió a su primera cirugía de reemplazo de cadera en 1999. 

Con el tiempo, los casi 20 años de desgaste del implante de Sal pasaron factura y, en 2018, le dijeron que su reemplazo de cadera debería ser reemplazado.

La búsqueda de una solución

El médico que originalmente realizó el reemplazo de cadera de Sal ya no estaba operando, por lo que Sal empezó a buscar un nuevo cirujano y, finalmente, terminó en un conocido hospital de la ciudad de New York. El cirujano descubrió que una parte de la pelvis de Sal había sido desgastada por el dispositivo de cadera anterior y la articulación necesitaba ser reconstruida.

Se realizó la cirugía, pero después de solo ocho semanas, Sal se despertó con un dolor insoportable en medio de la noche. Después de trasladarse de urgencia de regreso a ese hospital, descubrieron que el reemplazo de cadera de Sal se había roto. Se realizó una cirugía de emergencia y la cadera de Sal se volvió a unir con placas de metal. Pero, 11 meses después, la articulación se volvió a romper. Nuevamente, se realizó una cirugía de emergencia. Esta vez, el material se reemplazó en su totalidad. 

Hallazgo de un peligro oculto

Sal simplemente nunca pareció recuperarse. Después de la cirugía, asistió a fisioterapia, pero dijo que seguía teniendo fuertes dolores nerviosos y el entumecimiento resultante en brazos y piernas le dificultaba caminar. La falta de sensibilidad en sus piernas hizo que se cayera muchas veces y, después de una de esas caídas, el 23 de abril de 2019 lo trasladaron de urgencia al Morristown Medical Center. Tras el examen, se determinó que dos discos en el cuello de Sal estaban aplastando su columna vertebral. Se realizó una cirugía de urgencia. Cuando se recuperó de la cirugía, Sal recuperó la sensibilidad en los brazos y las piernas.

En una cita posterior a la cirugía, Sal explicó sus problemas continuos de cadera y fue derivado al Dr. John Dundon, cirujano ortopédico certificado (por la Junta Estadounidense de Cirugía Ortopédica) y capacitado por una beca que se especializa en reemplazo total de articulaciones de caderas y rodillas. 

El Dr. Dundon examinó a Sal, que estaba en silla de ruedas en ese momento debido a su dolor de cadera. De inmediato ordenó análisis de sangre y una aspiración de cadera. Los resultados determinaron rápidamente que Sal tenía una infección potencialmente mortal en la cadera que se estaba propagando a la columna vertebral.

El Dr. Dundon explicó que era necesario quitar todo el material que sujetaba su cadera para detener la propagación de la infección. Sal estuvo hospitalizado desde el 3 de diciembre hasta el 23 de diciembre de 2019, en el Morristown Medical Center, donde se extrajo el material implantado.  

Volver a ponerse de pie, al fin

En febrero de 2020, el Dr. Dundon llevó a cabo la complicada cirugía necesaria para reconstruir la cadera y la pelvis deterioradas de Sal para sostener el fémur. “La situación de Sal era extremadamente compleja debido a sus numerosas cirugías previas, la extensión de la infección y el nivel de reconstrucción requerida”, dijo el Dr. Dundon. 

A medida que Sal continúa recuperándose, está emocionado de ver que su movilidad aumenta cada día y se vuelve cada vez más fuerte. Sal y su familia le dan crédito al abordaje minucioso del Dr. Dundon y su rápida acción para diagnosticar la infección que le salvó la vida y realizar la extensa cirugía necesaria que continúa brindándole un tremendo alivio para su dolor.

Sal dijo: “Si el Dr. Dundon no hubiera encontrado la infección, todavía tendría un dolor tremendo y me estaría enfermando cada día más. Es fantástico. Me siento mucho mejor y estoy muy agradecido”.