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La historia de Jim T.
Jim T. sonríe fuera de su casa después de un trasplante de corazón.

A principios de la década de 2000, Jim T. se desempeñaba como director de Seguridad para Eventos de WWE (World Wrestling Entertainment). “Viajé a más de 75 países y a los 50 estados”, dice. “Fue una gran experiencia”.

Sin embargo, décadas después Jim nunca imaginó que se encontraría en su “batalla campal” personal. Su archienemigo: un corazón con problemas.

La travesía de Jim comenzó el día después de la Navidad de 2021. Visitaba la casa de su madre durante las fiestas y se despertó con un poco de dolor de espalda entre los omóplatos. "Hice algunos estiramientos y pensé que estaría bien", recuerda. Más tarde esa noche, después de hacer recados y dormir una siesta, Jim fue a la cocina y se preparó un sándwich.

Su madre se preocupó de inmediato. “Le preguntó si estaba bien porque no le gustaba la forma en que yo caminaba por el pasillo”, afirma Jim. “Le dije que estaba bien”.

Pero unos minutos después, Jim comenzó a sudar. Le pidió a su madre una toalla fría y luego un antiácido. “Sentí como si hubiera un pie en mi pecho”, dice. Estaba sufriendo un ataque cardíaco grave. Su madre llamó a una ambulancia.

"La próxima vez que me desperté ya era enero", recuerda Jim.


Dada la excepcional atención que le proporcionaron durante su larga estadía en el hospital en el Morristown Medical Center, pudo ser trasladado a NYU Langone, donde toleró el trasplante y, luego, comenzó a mejorar.

Dr. Randal Goldberg, cardiólogo especialista en insuficiencia cardíaca y trasplantes en NYU Langone

Atención inmediata para una afección cardíaca potencialmente mortal

Los equipos de EMS (servicio médico de emergencias) se apresuraron para llevar a Jim al Overlook Medical Center. Allí, los médicos le diagnosticaron un ataque cardíaco agudo y lo llevaron al laboratorio de cateterismo cardíaco para realizarle un angiograma urgente. Identificaron varias obstrucciones graves en las arterias del corazón; y la más preocupante se encontraba en la LAD (arteria descendente anterior izquierda), que suministra sangre a las partes delantera e izquierda del corazón.

El Dr. David Bartov, cardiólogo intervencionista, realizó la colocación de endoprótesis en las arterias de Jim para mantenerlas abiertas. A continuación, al darse cuenta de que la afección de Jim empeoraba rápidamente y que necesitaba atención adicional, el Dr. Bartov organizó el traslado urgente al Morristown Medical Center. Morristown alberga el Programa de Rescate y Recuperación Cardiovascular, que proporciona el más alto nivel de atención, experiencia y tecnología para pacientes que presentan afecciones cardíacas potencialmente mortales.

“Los ataques cardíacos masivos como los de Jim pueden causar un daño extenso en el miocardio”, explica el Dr. Amirali Masoumi, director médico e intervencionista del Programa para Tratar el Choque Cardiogénico. “Desafortunadamente, la afección que tenía Jim empeoró rápidamente en un choque cardiogénico, lo que significa que el corazón no podía bombear suficiente sangre para sostener el cerebro y otros órganos vitales”.

Para darle a Jim la mejor oportunidad de supervivencia, el Dr. Masoumi y su equipo pusieron a Jim en coma médicamente inducido y comenzaron la ECMO (terapia de oxigenación por membrana extracorpórea). Mediante esta terapia, es posible bombear sangre fuera del cuerpo hacia una máquina cardiopulmonar. La máquina agrega oxígeno y elimina el dióxido de carbono de la sangre; y luego bombea la sangre nuevamente al cuerpo.

“La oxigenación por membrana extracorpórea le dio a su cuerpo la sangre oxigenada y la circulación sanguínea adecuada que necesitaba para preservar los órganos vitales y, lo que es más importante, el cerebro”, explica el Dr. Masoumi. Los médicos también usaron varias bombas mecánicas diferentes para que el corazón de Jim siguiera latiendo.

Después de una evaluación muy detallada y multidisciplinaria, el equipo médico de Jim, bajo el liderazgo del Dr. Dimitrios Karmpaliotis, cardiólogo intervencionista reconocido a nivel mundial y director médico del Programa de Rescate y Recuperación Cardiovascular, optó por abrir el resto de las arterias bloqueadas de Jim para proporcionarle la mejor oportunidad de supervivencia. El equipo realizó con éxito el procedimiento de colocación de endoprótesis de alto riesgo usando un método llamado “intervención coronaria por vía percutánea con contraste cero”; y se evitó el uso de un medio de contraste que pudiera dañar los riñones.

Jim salió del coma médicamente inducido a mediados de enero, pero el daño en el miocardio era irreversible y necesitaba una evaluación adicional para analizar la insuficiencia cardíaca avanzada. A medida que mejoraron las funciones renal, pulmonar y hepática de Jim, el equipo de atención multidisciplinaria se centró en conseguir que Jim estuviera en buenas condiciones para ser evaluado para un trasplante de corazón.

“Pedimos a nuestros colegas de NYU Langone Health que consideraran su caso; y empezamos a recomendar a Jim para que recibiera un trasplante de corazón”, cuenta el Dr. Masoumi.

Recibir el regalo de la vida

Los equipos de EMS trasladaron a Jim a NYU Langone la noche del 11 de marzo. Gracias a una afiliación clínica entre Atlantic Health System y NYU Langone, los pacientes como Jim que necesitan un trasplante de corazón pueden recibir uno en Manhattan en el Transplant Institute de NYU Langone, reconocido a nivel nacional.

La mañana después de llegar a NYU Langone, Jim se reunió con el Dr. Nader Moazami, cirujano de trasplantes del hospital, y el Dr. Randal Goldberg, cardiólogo especialista en insuficiencia cardíaca y trasplantes. “Me dijeron que podía necesitar un DAVI (dispositivo de asistencia ventricular izquierda), que es un tipo de bomba cardíaca permanente, en el caso de no encontrar un corazón, pero que un trasplante sería la mejor opción”, recuerda Jim T.

Jim T. apareció en la lista de espera de trasplantes el 1 de abril; y solo 15 días después, se encontró un corazón donante. “Ahí fue cuando caí en la cuenta y me puse a llorar”, afirma Jim. “Sabía que alguien había perdido la vida para que yo pudiera vivir”.

El Dr. Moazami realizó la cirugía de trasplante de corazón al día siguiente. Jim regresó a su casa de North Plainfield el 28 de abril de 2022. Recibió la atención de seguimiento inmediata después del trasplante en NYU Langone y pasó a la atención de seguimiento en el Morristown Medical Center, más cerca de su casa.

“A menudo, cuando los pacientes como Jim tienen este grado de choque cardiogénico, es muy difícil recuperarlos hasta la capacidad de tolerar un trasplante de corazón”, explica el Dr. Goldberg. “Sin embargo, dada la atención excepcional que le proporcionaron durante su larga estadía en el hospital en el Morristown Medical Center, pudo ser trasladado a NYU Langone, donde no solo toleró el trasplante, sino que además logró mejorar. Además, obtuvo el alta solo 12 días después de la cirugía”.

Reflexionar sobre una batalla ganada

Mientras luchaba para mantenerse vivo, Jim confió en el apoyo de su familia, incluidos dos hijos mayores, su madre, su novia, su exesposa y su hermana, Cassandra, que abandonó su trabajo en North Carolina para ser la cuidadora de Jim. También recibió mensajes de video alentadores de los luchadores de la WWE: Kurt Angle, el Enterrador y Kofi Kingston.

“La gente rezaba por mí desde distintos lugares del país, y esas oraciones fueron muy importantes”, expresa. “Incluso tenía un grupo de viejos amigos de la escuela secundaria, los Vince’s Gang, que venían a verme cada semana. Fueron una parte importante de mi proceso de curación”.

Los equipos del Morristown Medical Center y NYU Langone también lo fueron. “El Dr. Masoumi fue fantástico; y todo el personal de enfermería, mis fisioterapeutas y mi nutricionista me revisaron y se aseguraron de que yo hiciera todo lo necesario para estar bien. El personal de enfermería de NYU Langone también fue increíble”.

Aunque pase al menos otro año hasta que Jim vuelva al trabajo (había comenzado un segundo oficio como conductor de camión antes del ataque cardíaco), se está haciendo más fuerte día tras día y espera con ansias el futuro. “Recuperarse de lo que Jim vivió es una maratón, no un sprint”, admite el Dr. Masoumi. “Pero Jim cuenta con el equipo adecuado, la actitud necesaria y un futuro prometedor para cuidar el valioso regalo que ha recibido y ayudar a otros pacientes en situaciones similares”.


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