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La historia de Darcey

La historia de Darcey

No demores la evaluación de detección de cáncer de mama

Darcey G., editora independiente de una revista, pospuso su mamografía anual en el otoño de 2019 debido a una tarea exigente de cuatro meses. Cuando las largas horas de trabajo comenzaron a reducirse a fines de febrero, el coronavirus comenzaba a extenderse por todo EE. UU., y Darcey decidió, una vez más, retrasar la cita para la evaluación de detección. “Pensé: ‘no lo voy a hacer ahora’”, dice Darcey, una corredora que nunca tuvo problemas de salud graves.

El 23 de abril, durante el pico de la pandemia de COVID-19 en New Jersey, la madre de gemelos adolescentes sintió un bulto en el seno izquierdo. Consultó con Atlantic Medical Group Primary Care en Westfield y con la proveedora de Summit, Amy Schram, DO, quien la derivó al cirujano de mama Marc Mandel, MD, MS, FACS, cirujano certificado en Atlantic Cancer Care y miembro del Comité de Liderazgo del Programa de Mama, Overlook Medical Center.


No pensé que corría riesgo.

Darcey G., sobreviviente de cáncer de mama

La detección temprana es clave

El Dr. Mandel se reunió con Darcey en su oficina al día siguiente. Una mamografía y un ultrasonido habían revelado una masa en la mama izquierda. El Dr. Mandel, junto con su equipo, que siguieron atendiendo pacientes durante la pandemia, pudieron realizar una biopsia guiada por ultrasonido de inmediato. Dos días después, la biopsia confirmó que el tumor era cáncer de mama. Un estudio posterior reveló que probablemente estaba en la Etapa 1 y que sería necesaria una lumpectomía. Afortunadamente, tanto para la paciente como para el médico, los quirófanos de Overlook funcionaban para casos urgentes durante la pandemia. “En la mayoría de los principales centros médicos, los pacientes habrían tenido que esperar seis semanas para la cirugía. Nuestro liderazgo mantuvo el quirófano principal y el Reeves Same-Day Surgery Center abiertos de manera segura para los pacientes que lo necesitaron durante ese tiempo”, comenta el Dr. Mandel.

El 7 de mayo, tan solo dos semanas después de sentir el bulto en el seno, la residente de Summit de 47 años se sometió a una cirugía ambulatoria, seguida de cinco semanas de radiación. Ahora, está libre de cáncer. “No puedo evitar pensar que podría haberse detectado antes”, dice Darcey. “¿Y si no lo hubiera encontrado?”

Impacto del COVID-19

Las evaluaciones de detección de cáncer, que pueden identificar tumores de manera temprana y mejorar en gran medida los resultados, disminuyeron más del 46 % en los primeros meses de la pandemia, según un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association.

“Todavía estamos intentando ponernos al día con las mujeres que pospusieron sus mamografías en 2020”, señala el Dr. Mandel, “y, como resultado, estamos viendo casos más avanzados de cáncer de mama”. “La detección temprana se traduce en supervivencia a largo plazo y menos tratamientos médicos y quirúrgicos”, dice Rebecca C. Yang, MD, FACS, cirujana certificada, especializada en cirugía de mama y directora médica de cirugía de mama en el Overlook Medical Center. “Animo a las mujeres a ser proactivas con respecto a su atención médica, especialmente durante la pandemia de COVID-19. Las mamografías son la única modalidad de imágenes mamarias que ha demostrado disminuir la mortalidad por cáncer de mama”.

Incluso antes de la pandemia, un tercio de las mujeres mayores de 40 años se saltaban las mamografías de rutina, dice Bonni Guerin, MD, directora de Tratamiento y Prevención del Cáncer de Mama en el Carol G. Simon Cancer Center del Overlook Medical Center. “Retrasar una mamografía puede dar lugar a un diagnóstico de cáncer en una etapa posterior”, dice la Dra. Guerin, oncóloga/hematóloga certificada que trató a Darcey.

Estadísticas

Las estadísticas lo ponen en perspectiva: Entre las mujeres que se hacen mamografías anuales y a quienes los médicos les diagnosticaron cáncer de mama:

  • El 76 % tenía un tumor en estadio 1.
  • El 24 % tenía un tumor en estadio 2 o un diagnóstico más grave, según un estudio. 
  • La tasa de un tumor en estadio 2 o superior fue el doble (48 %) en mujeres con diagnóstico después de mamografías cada dos años.

El tamaño del tumor puede jugar un papel importante en la gravedad del cáncer y la agresividad del tratamiento necesario para eliminarlo, señala la Dra. Guerin. El tamaño promedio de un tumor identificado en una mamografía anual es de 1.4 cm frente a 1.8 cm del que se encuentra en mujeres que pasan dos años entre mamografías, explica. Los tumores que se desarrollan entre las evaluaciones de detección tienen muchas más probabilidades de aparecer en mujeres que se hacen mamografías cada dos años que en las que se hacen las evaluaciones todos los años, según los estudios. Si el tumor de Darcey hubiera sido más grande, la Dra. Guerin dijo que habría agregado quimioterapia al tratamiento.

¿Cuándo comenzar con las evaluaciones anuales?

A los 25 años, las mujeres deben someterse a una evaluación de riesgo formal para determinar cuándo comenzar con las evaluaciones de detección anual de cáncer de mama. Las mujeres con un riesgo promedio de por vida deben comenzar a hacerse evaluaciones de detección anuales a los 40 años, realizarse autoexámenes regulares y visitar a su médico a menudo. Las mujeres con fuertes antecedentes familiares o con un riesgo previsto de por vida superior al 20 % deben considerar, tras consultar con su médico de atención primaria, otras opciones para el control del riesgo. Eso incluye agregar estudios de evaluación con imágenes por resonancia magnética de las mamas o programar una derivación para asesoramiento y pruebas genéticas.

Las mujeres con una mutación de los genes BRCA1 o BRCA2 documentada deben comenzar a hacerse resonancias magnéticas de mama todos los años a partir de los 25 años, y agregar mamografías anuales a los 30 años. Las pruebas deben ser escalonadas, de modo que se realice una cada seis meses.

La buena noticia es que el 90 % de las mujeres se hace la mamografía y no tiene necesidad de volver hasta dentro de un año. Solo al 10 % se le pide imágenes de seguimiento, y 6 de esas 10 mujeres obtendrán el visto bueno. A 2 de las 10 se les pedirá que regresen en 6 meses para vigilar de cerca cualquier área de inquietud. Solo el 2 % restante se someterá a una biopsia para descartar cáncer.

Cuando sea posible, considera programar tu mamografía de evaluación antes de la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19 o de cuatro a seis semanas después de la segunda dosis de la vacuna. Esto se debe a que algunas mujeres que reciben la vacuna contra el COVID-19 pueden experimentar la inflamación de los ganglios linfáticos debajo del brazo donde se les administró la inyección. Esta es una reacción inmunitaria normal y es una señal de que tu cuerpo está respondiendo a la vacuna. Estos ganglios linfáticos inflamados suelen volver a la normalidad por sí solos en unos pocos días o semanas. Sin embargo, los ganglios linfáticos inflamados podrían afectar la lectura de una mamografía de evaluación.

Si tienes alguna inquietud sobre tus mamas, no demores el examen e informa al mamografista cuándo recibiste la vacuna.

Protocolos de seguridad hospitalaria

Darcey recordó el miedo que sintió cuando se encontró el bulto y se sometió a las pruebas que confirmaron que era cáncer. El día de su cirugía, tuvo que despedirse de su esposo, Oliver, en la puerta del hospital porque no se permitían visitas durante el pico de la pandemia. “Eso fue difícil”, cuenta.

Pero las experiencias de Darcey en el Overlook Medical Center transcurrieron sin contratiempos, en gran medida, gracias a los estrictos protocolos de seguridad implementados allí.
Cuando ingresan los empleados, pacientes y visitantes, se les controla la temperatura y se les hacen preguntas de evaluación. Además, todos deben usar mascarillas. Los dispensadores de desinfectante para manos están disponibles en todos los edificios. Los pacientes están bien distanciados en las salas de espera, y las salas de tratamiento se desinfectan entre citas. Antes de la cirugía, a todos los pacientes se les hace una prueba de COVID-19.

“Darcey recibió la misma atención de alta calidad en medio de la pandemia dl COVID-19 que hubiera recibido en cualquier otro momento”, observa el Dr. Mandel, que realizó 35 cirugías relacionadas con el cáncer entre el 17 de marzo y el 31 de mayo de 2020 (cuando las cirugías opcionales se suspendieron en Overlook y otros centros médicos importantes). Nuestros médicos, enfermeros, anestesiólogos, técnicos y muchos otros trabajadores de primera línea se comprometieron a curar a los pacientes todos los días, ya sea que tuvieran cáncer o COVID-19”.

“Hay tanta inquietud acerca de acudir al hospital que la gente pospone las evaluaciones de salud. Pero una vez que estás allí, ves que está todo bien”, dice Darcey. “Es más probable que contraigas COVID-19 en encuentros en el patio trasero que yendo a hacerte una mamografía”

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