La historia de John

Cuando John Esmeraldino, de 24 años, se enteró de que tenía un tumor en la base del tronco encefálico, se sintió aterrorizado. Comenzó a pensar en los momentos de su vida que más le importaban, ver a su hermano pequeño jugar al fútbol, cenar con su novia y reír con su mamá, y decidió que eran momentos que no estaba dispuesto a dejar atrás. Eligió luchar y solicitó la ayuda de los expertos en cáncer cerebral de Atlantic Health System y descubrió que dónde recibes atención oncológica es importante.

Encontrar la atención adecuada

El viaje de John empezó hace tres años cuando era solo un estudiante de 21 años en la Seton Hall University. Una mañana, se despertó sintiéndose mal: tenía dolor de cabeza y dolor en el cuello. Después de seis días de síntomas constantes, fue a una sala de emergencias local y lo trasladaron al Overlook Medical Center en Summit, New Jersey, que es reconocido por su experiencia en trastornos cerebrales y neurológicos.

John tenía hidrocefalia, una acumulación excesiva de líquido en el cerebro, según su cirujano, el Dr. Yaron A. Moshel, codirector del Gerald J. Glasser Brain Tumor Center en el Atlantic Neuroscience Institute de Overlook. 

“Normalmente, introducimos una derivación para drenar el líquido”, dijo el Dr. Moshel. “Sin embargo, para evitar implantar un dispositivo médico, accedimos al cerebro de John con una cámara diminuta y creamos un orificio en la parte inferior de su cerebro para que el líquido pudiera drenarse de forma natural”.

Una tomografía computada posterior reveló lo que parecía ser un tumor benigno que estaba causando la acumulación de líquido. Dado que la cirugía en el área del tronco encefálico se considera de alto riesgo y el líquido ya se estaba drenando, el Dr. Moshel optó por observar el tumor. 

Fe en los expertos

Un año después, una resonancia magnética reveló que el tumor de John había aumentado de tamaño y era un ependimoma, es decir, un tumor relativamente raro que representa solo del dos al tres por ciento de todos los tumores cerebrales primarios. Además de la complejidad, el tumor se ubicaba en el mesencéfalo, que está dentro del tronco encefálico y cumple funciones importantes en el movimiento motor, en particular la visión y la audición.

“Pocos médicos verán alguna vez un tumor como el de John”, dijo el Dr. Moshel.

“Un ependimoma localizado en el mesencéfalo es extremadamente poco frecuente y presenta un desafío sin precedentes. Por lo general, se considera inoperable, ya que muy pocos cirujanos intentarán hacer la cirugía aventurándose en el mesencéfalo”, agregó el Dr. Moshel, que está entre los pocos cirujanos selectos con experiencia en el tratamiento de tumores cerebrales raros y profundos.

El Dr. Moshel y el equipo multidisciplinario de profesionales médicos de Overlook determinaron que el tratamiento más proactivo era una biopsia y una extirpación quirúrgica. Sin embargo, una cirugía de esta complejidad conlleva un riesgo tremendo, por lo que le pidió a John que sopesara cuidadosamente sus opciones.

“A pesar de comprender las probabilidades de no sobrevivir al procedimiento, de sufrir parálisis y otros problemas neurológicos graves, John insistió en someterse a la cirugía y yo sabía que era lo correcto para él”, dijo el Dr. Moshel. “John, un joven de gran fe, creía que la cirugía sería un éxito y que sobreviviría sin complicaciones”.

“Sabía que podía confiarle mi vida a Overlook”, agregó John, quien trató de restar importancia a la gravedad de la cirugía a medida que se acercaba el momento de su operación. “Me despedí de mi mamá y le agradecí mi vida y la de mi hermano”.

Su madre simplemente sonrió y respondió con confianza: “Dios va a estar en ese quirófano y te va a curar”.

Una experiencia inspiradora

La cirugía, que implicó la navegación hacia el mesencéfalo, se realizó sin problemas. Sin embargo, el informe de patología reveló que el tumor era canceroso, por lo que John se sometió a cinco semanas y media de radioterapia como medida preventiva con la Dra. Joana Emmolo, oncóloga radioterapeuta, que se especializa en el tratamiento de tumores cerebrales. 

“Contrariamente a lo que uno pensaría, la radiación fue una experiencia inspiradora”, dijo John, quien generó una conexión con sus compañeros pacientes en oncología radioterápica. “Las mismas personas estaban allí todas las mañanas. Cuando comencé los tratamientos, noté que a nadie le gustaba hablar sobre lo tácito. Aunque nuestras historias eran diferentes, todos estábamos luchando contra el mismo enemigo maligno”.

“Así que tomé la iniciativa de convertir ese tiempo en una sesión de apoyo y un refugio seguro donde todos pudiéramos compartir cómo nos sentíamos y hablar sobre lo que quisiéramos. Mi objetivo era traer positividad a la vida de todos sin importar lo que les sucediera y hacerlos sonreír, reír y dejar de lado las dudas en sus mentes”.

Compartir su recorrido

Las alentadoras y compasivas conversaciones que John propició en oncología radioterápica fueron solo el comienzo de su misión de ayudar a los demás. Más tarde, habló en la celebración de sobrevivientes de cáncer de 2016 del Overlook Medical Center, donde, frente a 180 compañeros sobrevivientes y seres queridos, compartió su historia, su perspectiva positiva de la vida y su firme creencia en la fe. Hasta el día de hoy, John continúa contando su inspiradora historia a cualquiera que esté atravesando grandes desafíos en la vida y esté dispuesto a escuchar.

“Lo que he aprendido por medio de esta experiencia es que la fe lo es todo”, dijo John de manera alentadora. “Como seres humanos, nos asustamos cuando perdemos el control sobre algo. Déjame decirte que es muy poco lo que podemos controlar. Tenemos que mantener un equilibrio adecuado entre la salud física y mental, pero también está nuestra salud espiritual”.

“Si no vas a tener fe y crees que vas a estar bien, ¿por qué te presentas para recibir tratamiento? Verás, fuimos a la guerra contra el cáncer. Te pasa factura física, mental y emocionalmente, pero no puedes ir a la guerra con la mentalidad de un perdedor. Si tienes fe, ten fe en que todo saldrá bien”.

Gracias a esa fe y la confianza en los expertos en cáncer de Atlantic Health System, John todavía disfruta de los partidos de fútbol de su hermano y se ríe con su madre. En resumen, está creando más momentos que importan.