“Ahora puedo hacer cualquier cosa”, exclamó Stephanie A., de Clifton, New Jersey. “Saltar de acantilados, tirolesa, rafting en rápidos e incluso comprar ropa en el departamento de talla normal”. Tras someterse a una cirugía de bypass gástrico, bajó 165 lb y se siente muy feliz.
Aunque solo tiene 23 años, Stephanie dijo que recorrió un camino de diez años hacia la cirugía que cambiaría su vida. Siempre fue activa y participó en deportes (jugó en tres equipos de baloncesto diferentes), pero todo empezó a cambiar alrededor de su primer año en la escuela secundaria.
Stephanie empezó a subir de peso y se sentía demasiado cansada y lenta para seguir el ritmo de sus compañeros de equipo en los deportes que le encantaban. “Llené con la comida el tiempo que solía dedicar a hacer ejercicio”, dijo Stephanie. “Hacía actividad física, pero como comía tanto, no podía quemar suficientes calorías para bajar de peso”. Se convirtió en comedora compulsiva y desarrolló otros malos hábitos alimentarios.
En esa época, sus padres eran obesos y su papá tenía múltiples problemas de salud que asustaban a la familia: colesterol alto, presión arterial alta, diabetes e hipertensión. Su mamá tenía problemas respiratorios. Cuando ambos decidieron tomarse en serio sus problemas de salud, el padre de Stephanie optó por el bypass gástrico, mientras que su madre se sometió a una gastrectomía en manga.
“Tuve que ser testigo de lo que pasaron y del proceso de recuperación, y cómo afectó sus vidas”, dijo Stephanie. “La cirugía cambió sus vidas por completo. No tendría a mi padre conmigo si no lo hubiera hecho”.
Stephanie tuvo suerte. Aún no había desarrollado las comorbilidades que tenían sus padres. Pero como pesaba 362 libras, tenía muchas dificultades y no podía seguir el ritmo de los deportes que le encantaba practicar. “Siempre estaba haciendo dietas yo-yo, Herbalife, la dieta cetogénica, pastillas para adelgazar y todas esas cosas. Pero nada funcionó realmente porque nunca podía mantener la motivación”, dijo Stephanie. “Recién en la primavera de 2021, cuando empecé las prácticas de enseñanza, me di cuenta de que necesitaba cambiar algo. Quiero ser una maestra que se mueve constantemente y participa en el juego. Esta es una carrera que me apasiona y que quiero hacer por el resto de mi vida. Pero no puedo hacerlo con el peso que tenía”.
Stephanie se comunicó con su compañía de seguros para ver si calificaba para cirugía bariátrica. Asistió a seminarios de pérdida de peso en línea y preguntó sobre las experiencias de otras personas. Luego llamó al New Jersey Bariatric Center y concertó una cita con Tina Thomas, MD, cirujana bariátrica, quien explicó los tipos de cirugías, así como sus posibles complicaciones y beneficios. La Dra. Thomas se aseguró de que Stephanie pudiera entender plenamente lo que implicaba la cirugía. Tuvo el beneficio de ver las experiencias exitosas de sus padres y contó con todo su apoyo. La Dra. Thomas realizó la cirugía de Stephanie en el Overlook Medical Center el 9 de agosto de 2021.
“Estoy muy agradecida por el apoyo de mi familia. Han hecho todo lo posible para guiarme en la dirección correcta y siempre me han apoyado, ya que ellos también lo han vivido”.
Este verano, Stephanie trabajó como especialista en deportes juveniles en un campamento de día enseñando hockey, sóftbol, baloncesto, fútbol y tenis a niños de tres a cinco años, y los dejó agotados. “En mi trabajo me muevo constantemente porque los niños son muy pequeños. Tengo que seguirlos todo el tiempo, para asegurarme de que están haciendo la actividad correctamente y de manera segura. Sin duda, esta cirugía me ha ayudado a ser ágil y capaz de moverme mucho”.
Ahora, en su último semestre en la universidad, Stephanie espera con entusiasmo convertirse en maestra y su especialización secundaria son los estudios de discapacidad. “Trabajaré en una escuela pública con niños con y sin discapacidades. Entonces, ¿por qué no profundizar mi educación en el mundo de las discapacidades?”
Stephanie dijo que su cirugía le ha cambiado la vida por completo y la ha salvado. “Definitivamente me siento más segura de mí misma. Puedo hacer más. Si quiero irme de vacaciones, no tengo que preocuparme por si voy a caber en un asiento de avión o volcar un bote”, dijo riéndose.
Tras un período de ajuste para que su cuerpo se adaptara a la nueva normalidad, Stephanie comenzó a ver un aumento notable de energía y un futuro más brillante por delante. Aunque la situación de cada persona es única, también descubrió que una dieta vegetariana es la mejor opción para ella y ha aprendido a cocinar comidas saludables. Pero dice que lo mejor es “ser capaz de seguirles el ritmo a mis estudiantes y estar activa junto a ellos”. Me hace sentir que seré la maestra de gimnasia que siempre he querido tener”.
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