La pandemia ciertamente ha afectado más a los adultos que a los niños. Pero una enfermedad poco frecuente asociada con el COVID-19 está en aumento en los niños que han contraído el virus y puede ser fatal. El síndrome inflamatorio multisistémico en niños, conocido como MIS-C, es una respuesta inmunitaria poco común que causa una inflamación grave de los órganos vitales del cuerpo. Los síntomas pueden incluir fiebre persistente, sarpullido, vómitos, diarrea, dolor abdominal y ojos inyectados en sangre.
A medida que New Jersey afloja sus restricciones sobre escuelas y negocios, y los niños continúan esperando su turno para vacunarse, a los expertos les preocupa que más niños puedan tener un mayor riesgo de contraer esta enfermedad potencialmente fatal.
“Creemos que una infección por COVID-19 puede desencadenar una respuesta inmunitaria excesiva que causa inflamación en todo el cuerpo, lo que afecta a múltiples órganos”, explica Christina Gagliardo, MD, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas en Atlantic Health System. “Un niño con MIS-C grave podría estar en el hospital durante una semana o más con un respirador o ECMO (oxigenación por membrana extracorpórea), que es una máquina que hace el trabajo del corazón y los pulmones”.
Aunque los médicos continúan investigando la causa de este síndrome infantil que afecta el corazón, el cerebro, los pulmones, los riñones y el sistema gastrointestinal, vale la pena señalar que la gran mayoría de los niños con MIS-C finalmente se recuperan. De hecho, según los datos de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), actualizados por última vez el 1 de marzo, ha habido al menos 2,617 casos conocidos de MIS-C con 33 muertes conocidas.
Pero al igual que con el COVID-19, a los médicos les preocupa que MIS-C pueda potencialmente causar daños a largo plazo a la salud de un niño y, por desgracia, llevará tiempo revelar esas respuestas. Además, de la misma manera que el COVID-19 afecta de manera desproporcionada a las comunidades hispanas, latinas y negras, los datos de los CDC muestran que dos de cada tres casos de MIS-C reportados han ocurrido en niños hispanos, latinos o negros, probablemente debido a las mismas disparidades ambientales y socioeconómicas.
“Al igual que con el COVID-19, los médicos estamos mejorando en el tratamiento del MIS-C”, dice Gagliardo, “pero todavía hay grandes preguntas sin respuesta como ‘¿por qué esta enfermedad afecta principalmente a niños y no a adultos?’”
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